El ojo humano puede ver muchas cosas, pero todo lo que está demasiado lejos o demasiado cerca pierde visibilidad. Como dice el refrán japonés: «el ojo no se ve a sí mismo, como la espada no se corta a sí misma».
Nosotros también somos así. Podemos ver a las personas con claridad, sin embargo, somos absolutamente ciegos cuando se trata de vernos a nosotros mismos. No podemos, por ejemplo, ver nuestro propio rostro.
Debido a que estamos tan cerca de nosotros, no podemos ver nuestra propia imagen. Por eso, usamos espejos.
Pero, ¿qué tipo de «espejo» debemos usar para ver nuestro «yo interior» y conocernos a nosotros mismos?
Hace 2600 años, Buda Shakyamuni enseñó que hay tres tipos de «espejos» que reflejan nuestra imagen. La gran cuestión es saber cuál de estos espejos refleja una imagen fiel y sin distorsiones de nuestro «yo».
Más detalles en el libro «Por qué vivimos».
Mercedes
Super interesante el articulo!!!