No saber o no lograr determinar la causa con precisión puede traer resultados devastadores: una enfermedad curable puede llegar a ser mortal.

Sin un diagnóstico correcto, no se puede adoptar el tratamiento adecuado. Por supuesto, el sufrimiento del paciente no podrá ser eliminado. El daño será irreparable y el remordimiento por ese error no tendría fin.

Identificar la causa de la enfermedad es la esencia del tratamiento.

De la misma forma, solo cuando observamos con precisión la realidad de que « vivir implica sufrimiento » e identificamos correctamente la causa de ese sufrimiento, una vida de alegría plena y suprema se abre ante nosotros.

Por eso, la misión más urgente de toda la humanidad es descubrir la fuente del sufrimiento.

Sobre este tema, el Prof. Kentetsu Takamori escribió en el libro “¿Por qué vivimos?”:

“¿Puede haber una ansiedad mayor que un futuro incierto? Dado que corremos en la oscuridad, nada que podamos cosechar a lo largo del camino puede proveer profunda alegría. «¿Cuál es la fuente de ese sufrimiento?». Si no sabemos cuál es la causa verdadera del sufrimiento de la vida, nunca lograremos conocer el verdadero alivio o júbilo. El propósito definitivo de la vida es eliminar la raíz de todo sufrimiento y ser tomado por el júbilo: «¡Qué feliz soy de haber nacido humano!».

Felicidad y sufrimiento, al parecer, avanzan siem- pre tomados de la mano. Quien busca el auge de la felicidad tiene que estar listo para enfrentar la infinita tristeza ante la muerte.

Mirar la muerte de frente no significa deslizarse inútilmente hacia la depresión: al contrario, es el primer paso para hacer que cada momento de nuestra vida sea más brillante que el sol. “

La explicación completa de la causa básica del sufrimiento humano y su solución en esta vida, según la filosofía budista, se puede leer en el libro “¿Por qué vivimos?”.